Al igual que un resfrío, el humor es contagioso. Cuando la persona que tenemos al lado vive todas las emociones muy intensamente, puede contagiarnos su pesar e involucrarnos en sus problemas hasta hacernos sentirlos como propios. Por lo general, estas personas creen que todo es blanco o negro. Lo que muchos no saben es que son los matices los que predominan en nuestra vida.
De todas formas, puede que uno sepa que existen los grises, pero quizá nuestro compañero en la oficina, nuestra pareja o nuestro mejor amigo sean un claro ejemplo de aquellas personas extremistas que, cuando tienen un problema, sienten que se va a terminar el mundo y, finalmente contagian a quien tengan al lado con la misma sensación.
En estos casos y aunque sea nuestro primer impulso, no podemos dar la media vuelta e irnos, ya que a veces nos sucede con un ser muy querido, de manera que debemos ayudarlo, pero sin involucrarnos. ¿Como se hace? te contamos.
*Mantente en un segundo lugar. Escuchá, pero sin hablar. dejá que la otra persona se desahogue y deje salir toda su angustia.
*Sé equilibrado. Ya dijimos que la vida no siempre es un extremo o el otro. Evaluá la verdadera gravedad de la situación, para darle o no la importancia real.
*Aprendé a manejar su angustia.Cuando alguien está desbordado, lo mejor que podemos hacer es transmitirle serenidad.
*Conectate con algo que te haga felíz.Refúgiate en algún recuerdo o plan a futuro que te ponga contento. Desde ese lugar, saldrás de la angustia causada por el otro y estarás en mejores condiciones de ayudarlo.
Psicología* Positiva - Nº 10
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